Este fin de semana ha tenido lugar una nueva “gran” feria cervecera en Madrid, con formato de festival, y con muchas diferencias a nivel organizativo y de cervezas con las que estamos acostumbrados a ver por el centro de la Península (como el BeerMad o las que van sucediendo por pueblos y ciudades españolas).
Así que creemos que podemos alterar nuestra política de publicación (en la que por no repetirnos no contábamos mucho a posteriori de los festivales) para analizar la feria en sí y su formato, con las cosas que nos han gustado y las que no tanto.
En primer lugar, un cambio de última hora hizo que su localización pasase de Príncipe Pio a IFEMA. Contar con más espacio y protegido del calor y el sol, era un punto a favor. Pero la lejanía hizo que la afluencia de público (sobre todo del casual y espontáneo) bajase mucho.
Aun así, en su nueva localización la disposición de las casetas era mejor, más cómoda. Y aquí viene una de las grandes diferencias: en las casetas había tanto cerveceras craft pertenecientes a asociaciones artesanas como AECAI u otras microcervecerías, como marcas de los grandes grupos cerveceros españoles (Mahou, Ámbar, Estrella Galicia…)
Por que no se dijese que hablamos sin haber probado antes lo comentado, también bebimos alguna de estas últimas (de las que mencionamos como diferente la Moritz Alkimia, del chef Jordi Vilà). Pero entendemos que sus puestos tenían mucha menos afluencia e interés para el público que se había desplazado hasta allí si la cerveza que tienen pinchada es la misma que puedes encontrar en cualquier bar de tu barrio (una jugada más brillante era los que llevaron alguna Sin Alcohol, pero la falta de afluencia diluyó lo que podía haber ayudado a familias o viajeros).
De las cervezas de marcas más pequeñas bebimos unas cuantas (DouGall’s, Montseny, La Pirata, Almogaver, Naparbier, Cátedra, La Cibeles…) estando todo bueno. ¡Se nota que el nivel de las ferias ha mejorado en el último lustro! Bien es cierto que la variedad de estilos se veía recortada por disponer solamente de dos grifos por puesto… pero aun así había casi un centenar de cervezas donde elegir.
Sobre el formato de festival, ya estamos acostumbrados a los de entrada con vaso y consumición (aunque nos seguiría gustando que el vaso se dejase recuperando una fianza, que nuestra colección lleva años desbordada). Y el precio es razonable para un evento de Madrid que espere llenar un aforo no muy grande como era el original.
El sistema de fichas estaba bien y, personalmente, nos gustó mucho que el precio sea único mientras que lo que varía es el tamaño de servicio. Salía a 2,5€ casi un tercio de las cervezas más bebescibles, mientras que en aquellas más caras o potentes, es preferible que no suba el precio y recibir menos cantidad. En un evento en el que vas a estar bebiendo varias… no es necesario que te llenen el vaso hasta arriba de una Imperial Stout de 11% vol. mejor solo catarla, por el mismo precio (ojo, y si te gusta tanto como para pedirte medio litro… solo tienes que repetir, jejeje).
De las demás cosas del festival, lo típico: son necesarias sillas y mesas; más actividades paralelas tanto cerveceras (que había unas cuantas y muy interesantes, como la de Cata de Mostos Cerveceros) como para las familias, lo que asegura que acudan y permanezcan; comida más variada y económica; espectáculos musicales menos intrusivos; y en fin, esas cosas que hacen que la gente menos friki (o sea, menos como nosotros) esté a gusto y repita.
Confiamos que esta feria supere estos inconvenientes de su primera edición y se formule como un evento anual más allá de su inclusión en el centenario de la Asociación de Cerveceros de España (que también ha acogido el Brewers Forum, el XXXVIII Congreso de la European Brewery Convention (EBC) y la Asamblea General de Brewers of Europe). ¡Así que si en 2023 vuelve, nosotros volveremos!
Considero que en tu crítica has sido demasiado “blando”, parece que es la tónica habitual de los bloggeros sobre este evento, es una pena que no seáis más imparciales. La idea inicial del evento era buena, muy buena, pero ha fallado estrepitosamente la organización, con tantos fallos, al final, hasta la entrada parece carísima. En primer lugar publicitaron una ubicación cuyos permisos NO tenían, ahora imagina que te quedas en Madrid como yo, espectante del evento, en lugar de irte fuera a ver a tu familia y te cambian a última hora la ubicación. En segundo lugar, el metro estuvo cortado el viernes y ya no sé si el sábado, por lo que llegar hasta allí fue una odisea. En tercer lugar, publicitaron unos foodtrack’s que no existían, cosa que solo pudimos ver una vez pagada la entrada. Sin sillas para sentarse, sin música, sin conciertos, sin actividades para los niños… un despropósito. Las cervezas de pequeñas compañías estaban riquísimas pero a las personas que estaban allí se les notaba amargados, y trasladaban esa amargura a sus clientes. Vamos, que nosotros pensábamos pasarnos todo el finde por el evento y con media día tuvimos suficiente. Una vergüenza de organización. Ojalá en la próxima contraten a otra empresa porque no había visto tal despropósito nunca. Ya Que nos engañaron a los asistentes, al menos que no nos hubiese cobrado la entrada.
ResponderEliminarHola, Vane. ¡Parece mentira! Hace años nos acusaban de ser duros y ahora de ser blandos, jejeje. Nos alegra el cambio, pero seguimos diciendo siempre lo que pensamos...
EliminarNo sé otros blogs (porque hasta ahora no he visto ninguna entrada en otras webs hablando del festival -¿cuál dices tú?-), pero nosotros no somos "parciales", sino sinceros en nuestra opinión:
Este evento tenía ventajas sobre otros (como BeerMad, x ej) en las actividades especializadas o en el número de cerveceras (que no de cervezas, ojo).
Y desventajas claras como su nueva (y atropellada) ubicación lejana (aunque personalmente lo de que sea a cubierto lo prefiero, con este sol y estos calores) o la poca oferta de comida y actividades familiares (en eso BeerMad gana). ¡Pero ambas cosas las dices tú y nosotros las comentamos en la entrada, no sé por que nos acusas de parcialidad!
Esperemos que haya una próxima, sí, en la que corrijan todos esos errores y su realidad se adapte a un espacio bien definido.
Pues te vas a sentir todavía más engañada cuando sepas que la gran mayoría de blogueros, beerfluencers o como quieran llamarse estaban pululando por allí porque la organización les invitó. Viendo el cambio de lugar de última hora y la oferta de ocio de ese fin de semana en Madrid, se debieron oler el fracaso del festival y a pocos días de inaugurar me consta que invitaron a todo el que tiene algún perfil mínimamente cervecero en redes, para hacer bulto y petar las redes de stories diciendo que vaya maravilla todo (hay varios expertos en eso, pero si no les regalas los 8 euritos de la entrada igual ni van). Estómagos agradecidos, si te pagan la entrada y te tratan como a una celebrity, no tiras piedras a tu propio tejado y dices que ha sido un eventazo y que la organización es la leche, no vaya a ser que a la próxima no te inviten.
EliminarDices que los cerveceros estaban amargados y no me extraña, demasiado poco se enfadaron. Si investigas un poco verás las condiciones económicas tan duras que les impusieron para participar (una cifra alta + un buen número de barriles a fondo perdido), les vendieron unas expectativas de "BBF en Madrid" y la cosa acabó siendo peor que la feria de un pueblo pequeño, así que amargura más que justificada. Eso sí, muchos se quejan amargamente de estas situaciones (como pasó en el Beermad de 2021), pero luego cuando se organiza el siguiente son los primeros en apuntarse, así que pena por ellos, la justita.
Pero como decía, eso no lo leerás ni aquí ni en otros perfiles cerveceros, que hace tiempo dejaron de ser críticos para ser serviles a cambio de migajas. No vaya a ser que papá Mikel se enfade y no vuelva a contar con nosotros para nada...
Hola, David. En los eventos, tanto los que funcionan bien como los que no, suele haber acreditaciones de prensa de las que (a falta de mejor prensa escrita sobre cerveza que las webs personales -quitando B&B y Factoría-) los blog podemos solicitar algunas. Parece lógico, ¿no? Cualquier evento suele tener acreditaciones de prensa. ¡Hasta el concierto de los Stones! En nuestro caso la pedimos y se nos concedió bastante antes del cambio de ubicación, así que no sé si luego ofrecieron más.
EliminarPero igualmente vamos a otros que no lo tienen y pagamos entrada o compramos vaso (ese mismo finde pasamos rápidamente el domingo –porque luego había que conducir- por una en Las Rozas y lo hicimos, por ejemplo; de esa no hemos hecho entrada porque ya te digo, seguía el modelo de las ferias habituales, igual que no lo hemos hecho del último BeerMad, en el que también estábamos acreditados).
A lo que me refiero: no por entrar pagando o no se compra nuestra opinión. Aquí nosotros (y respondo quizá por alusiones, ya que no sé cómo actúan otros blogs o beer influencers) hemos ido y comentado lo visto como siempre, desde el punto de vista del consumidor. Por eso solemos evitar hablar de si las ferias son rentables para los cerveceros o la organización. No nos incumbe. Pero sí hablamos de las comodidades o servicios que aporta, de la cerveza y su variedad y calidad, o de lo que nos gustó o no.
Como prueba, te enlazo una entrada de 2012 (¡2012!) de una feria en la que ya hay su lista de pros y contras, la misma queja de que siempre decimos lo mismo, el mismo ánimo y esperanza de repetir la siguiente con mejoras… y en la que no pagaban ni la entrada ni el desplazamiento. Así que es una opinión sin visos de haber sido comprada. ¡(Bien lo sabéis, que se tomaron fatal las sugerencias) ¡Y la entrada es igualica que esta, en el fondo, aunque más breve! Así que lo de serviles o menos críticos que cuando nos decían que éramos duros a nosotros no se nos aplica, jejeje.
https://eljardindellupulo.blogspot.com/2012/09/el-milagrito-el-evento.html