La Ballast Point Sculpin IPA era una de aquellas cervezas que, hace una década, sonaban como grandes IPAs del lejano oeste. Uno de aquellos hitos de ese estilo americano que tímidamente iba asomando la cabeza por el mercado nacional, que revolucionó por completo en poco tiempo. Actualmente la empezamos a ver con relativa facilidad.
La Sculpin es una cerveza de color dorado, transparente, con una espuma cremosa de color blanco. Su olor nos recuerda esas IPAs resinosas, de fondo carameloso y limpio, que abundaban antes de la llegada de los zumos y las IPAs de perfil más frutal.
Es una cerveza notablemente amarga, con un punto asertivo y persistente. La fruta está presente, pero no de una forma tan tropical como en las IPAs más "modernas", sino en forma de melocotón y frutas blancas, así como algunas notas cítricas. La resina también está, dando sensación de estar bebiendo una muy buena IPA de las de antaño.
Se bebe sorprendentemente bien por el alcohol y amargor que tiene (7% ABV y 70 IBU), y aunque deja mella en el paladar, resulta agradable. Para maridar con carnes blancas estofadas, pescados azules y cualquier plato graso que requiera limpiar el paladar.
“Mi opinión en un Tweet:” Contundente, para nostálgicos de 2014. Parece que hace una eternidad, ¿eh? Nota: Notable.
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