Pils. Alemana. Elaborada por una marca que data de 1436. Anterior incluso a la famosérrima “Ley de la Pureza Alemana” de 1516 (que por supuesto cumple en sus ingredientes). Esta cerveza no es tan vieja, pero está claro que con esas credenciales vamos a encontrar en nuestro vaso algo de perfil clásico.
Y en nuestro vaso de flauta encontramos un brebaje de color oro muy claro, brillante y cristalina, de apariencia ligera, que viene rematada por una espuma blanca abundante y pegajosa. Es aspecto es positivo e invita a admirarla (y alabar las ventajas de los filtrados).
En nariz sorprende un poco, porque esperando encontrar un perfil más maltoso, nos llega una buena vaharada de lúpulo herbal. También tiene cereal y grano, incluso algún toque especiado. Y su sabor levente escorado hacia lo amargo resulta refrescante.
Con un alcohol en la media (o un poco más abajo), de 4,9% ABV, y buena carbonatación, su cuerpo ligero la hacen una buena opción para picoteos, cañas en terrazas, camping, barbacoas y demás formas de consumo “ocioso” de la cerveza, pero también para tomar en casa cuando quieras encontrar lo que una Pils alemana da.
“Mi opinión en un Tweet:” Pils alemana, en una tienda de campaña… Nota: Bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario