Esta cerveza monovarietal (lo que significa que sólo usa una variedad, en este caso de lúpulo, el susodicho Centennial, uno de los lúpulos más asociados con el Craft estadounidense) es bastante fácil de encontrar en España, y puede servir a los nostálgicos de las IPA amargas.
Porque no es un zumo de frutas turbio, sino una ale de color ámbar profundo, anaranjada-rojiza, y limpia y brillante. La corona una estrecha espuma de color hueso, pero compacta y de buena persistencia. Tiene un fuerte aroma a lúpulo (aunque puede estar algo viejo, conviene vigilar las fechas por si no tuviese suficiente rotación) con notas cítricas, y a caramelo.
El sabor es intenso, bien amargota (ya que tiene 65 IBU). Mucho cuerpo y una robusta base de malta para sostener a tanto lúpulo pero sin llegar a quitarle protagonismo. No es exagerado como algunas DIPA que hemos probado en el pasado, pero desde luego no es para principiantes con miedo al amargor.
Ni al alcohol. Porque tiene como una Voll-Damm, 7,2% ABV. Así que pega bien. Por lo que os recomendamos no atacarla con el estómago vacío o con mucha sed. Pero bueno, que sois mayorcitos y a todos nos gusta saltarnos las reglas…
“Mi opinión en un Tweet:” No esperes a que sea centenaria, bébela antes. Nota: Notable.
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