Hoy, perdonadnos, vamos a hablar de una cerveza que YA hemos hablado. -¿Qué pasa, que se os han acabado ya las ideas? No, pero tenemos anotadas tropecientas reseñas de esta desde que publicamos hace casi una década la Winter Welcome de 2011-2012 y queremos hacer algo útil con ellas.
Y lo que vamos a hacer es hacer una entrada más o menos genérica que os cuente qué podéis esperar de esta cerveza el año que viene. O el siguiente. Porque si bien es verdad que cada añada es única y levemente diferente, comparten características comunes. Por ejemplo, su color, que está en la gama de los ámbar rojizos, marrones claros, profundos.
O la espuma, que suele ser de color blanco roto o blanco hueso, de cantidad media-alta pero persistencia tirando a menor. Los aromas tienen notas de malta y caramelo, con fruta pasa o incluso escarchada. Y los sabores dulces sobre todo, con notas de pan. Y amargos, herbales del lúpulo, y del caramelo.
Es una cerveza que llevan haciendo desde 1989, en cada edición dedicando su etiquetado a algo nuevo. Por ejemplo en el 20/21 agradecían a todo el personal de la hostelería su esfuerzo y vuelta al trabajo en la pandemia. Y en en esta última (al escribir estas líneas) del 21/22 a pub Greyhound Inn (de Saxton, Yorkshire).
Tiene 6% ABV y viene en una generosa botella de 550ml, cosa que se agradece. En ella puedes guardarla de año en año para comparar con la añada siguiente, pero sin excederse. A partir de los 3 o 4 años las notas de oxidación y cartón superan a las ajerezadas y licorosas del envejecimiento, desluciendo la experiencia.
“Mi opinión en un Tweet:” La bienvenida es buena, pero podía ser más calurosa. Nota: Bien.
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