Si hay una cerveza que, per se, sea típicamente navideña, quizá sea la Samichlaus. San Nicolás (el santo en el que se basó Santa Claus) es el que le da nombre, y en el día de su onomástica es en el que se elabora, cada año, la cerveza (6 de diciembre).
Pero si eso no fuese suficientemente especial y adecuado para las celebraciones, pues hace unos años Brauerei Schloss Eggenberg sacaron una versión envejecida en barrica de roble (de Chardonnay o whisky) de su cerveza con 14% ABV.
El color es rojizo oscuro, sin ninguna turbidez. La espuma es escasa y poco persistente, de color blanco roto. Y va desapareciendo hasta que al final su cantidad es casi nula. Parece un licor en el vaso (y quizá es a lo que se acerca más).
Porque huele a alcohol, sí. Y a malta y a caramelo. Un poco a madera. A “hogar”. El sabor es intenso y fuerte, predominando por supuesto lo dulce y alcohólico, pero con matices de frutos secos y pasas acompañándolos. ¡Todo un postre borracho!
Esta versión tiene más complejidad que la “classic” a secas, pero no por ello dejan ambas de ser un pepinazo potente que te puede dejar bien perjudicado. Aconsejamos por tanto que sólo se beba después de opíparas cenas navideñas, y nunca antes de ellas.
“Mi opinión en un Tweet:” El Papá Noel de cocacola se carería de culo bebiendo esto. Nota: Sobresaliente bajo.
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