El nombre de la cerveza tipo Pilsner alemana que os traemos hoy, Tannenzäpfle, significa “cono de abeto”: las piñas de los árboles más abundantes de la Selva Negra. Y es que del medio de esta zona viene, y como tal se anuncia que usa el agua de manantial más pura de la Selva Negra.
La cervecera Rothaus fue fundada en 1791 por el monasterio benedictino de St. Blasien. Durante el proceso de secularización en 1806, la cervecería pasó a manos del Gran Ducado de Baden, con lo cual es una “Staatsbrauerei”, o sea, una cervecería del Estado.
Como cerveza Pils que es, su color es rubio claro, brillante y bonito, limpio. Y su espuma blanca corona la estrecha flauta en la que se recomienda servirla, con elegancia. De ella salen aromas herbales a campo, por el uso de lúpulos nobles como el Tettnanger y el Hallertauer.
Y aunque en boca, al final, tiene algo de amargor, con sus 31 IBUs… por lo demás lo que predomina es el cereal y las maltas. Pero con buen equilibrio y un trago muy fácil, por supuesto, que hace que si la has cogido en formato de 33 cl, probablemente se te quede corta.
Anda en la media en lo que a alcohol se refiere (5,1% vol.) así que tampoco debe ser motivo de preocupación. La verdad es que es buen ejemplo de cerveza “en la media”, pero no por ello debemos confundirla con “mediocre”, sino apreciarlo.
“Mi opinión en un Tweet:” Por ayudar al estado de Baden. Nota: Bien alto.
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