Debate: La conservación de la cerveza y el etiquetado

Estos últimos días hemos leído en las redes polémicas en torno a la conservación de la cerveza y los riesgos que supone una mala conservación en dicho caso. Desde el punto de vista del consumidor, somos los primeros interesados en que la cerveza esté en perfecto estado cuando llega a nuestros vasos. Imagino que tan interesados como el productor, por no hablar del resto de la cadena, de que esta nos llegue bien y cause buena impresión (porque es la única manera de fidelizar las ventas y hacer crecer al sector).

Debate: La conservación de la cerveza y el etiquetado
Y, como consumidor, la herramienta que está pensada para informar de esas cosas es la etiqueta. Por eso es uno de nuestros temas de debate favoritos. La etiqueta te dice hasta cuando te asegura el productor que la cerveza está bien (fecha de duración mínima), cómo has de conservarla para que la alcance… e incluso cómo servirla o consumirla para apreciarla al máximo.

Bueno, eso en un mundo ideal… o sin más en uno siguiendo la ley que siguen todos los productos alimentarios. Porque la realidad es otra: pocas cervezas (sobre todo entre las artesanas españolas) cumplen la legislación vigente en este país. Fallan incluso en el listado de menciones básicas… como el alcohol o la denominación de producto. Y muy pocas son realistas con cosas como la fecha de consumo preferente. Por eso queremos aclarar los puntos que nos parecen cruciales para minimizar las cervezas que llegan en mal estado al consumidor.

Y el primero es esa fecha de duración mínima. la fecha hasta la cual dicho producto alimenticio mantiene sus propiedades específicas. Eso significa que antes NO puede perderlas. Si es lupulada debe seguir siéndolo, si es rubia debe seguir siéndolo, si es afrutada debe seguir siéndolo. Si su sabor u olor se altera perceptiblemente antes de la fecha de consumo preferente, es que dicha fecha era demasiado larga para la realidad del producto. Habrá cervezas que aguanten sin alteraciones dos años o más (y se les podrá poner fechas largas) y otras que no aguanten sin cambios más de unos meses (y el productor debería ponerle fechas cortas).

Continuando con esta lógica, para que una cerveza aguante no vale cualquier manera de conservarla, ¿no? Cada vez se reclama más eso. Pues bien, la ley dice: “Si fuere preciso, estas indicaciones se completarán con la referencia a las condiciones de conservación que deben observarse para asegurar la duración indicada.” O sea, que si para aguantar seis meses necesita estar en el frigorífico, es obligatorio ponerlo. Si basta con la despensa, habrá que incluir el típico “lugar fresco y seco, protegido de la luz” que viene en los frutos secos. Y si da igual dónde la tengas, pues entonces puedes permitirte NO poner nada, porque es una cerveza todoterreno.

Las cervezas que ahora están tan de moda, extra lupuladas, con DDH, amargores bajos y muchos azúcares residuales, sin filtrar ni clarificar (y por supuesto sin pasteurizar), son cervezas muy sensibles. Su vida útil es baja en condiciones normales (como sabrá cualquier fabricante que haya hecho estudios de vida útil a la suya) y si quieres ponerles una fecha de duración mínima (la de consumo preferente) un poco amplia, poner y cumplir las condiciones de conservación es indispensable. O, si no, te puede pasar que (como la que ilustraba el ejemplo polémico) a temperatura ambiente se doble la presión interna de la lata hasta hacer fallar su estructura. Cosa que da mala imagen a la marca, al distribuidor y a los puntos de venta (y, ojo, no matemos al mensajero: lo que da mala imagen es que ocurra, no que alguien lo diga).

Como parece que por mucho que hablemos del tema, la fecha de consumo preferente y las condiciones de conservación van a seguir estando en liza durante unos años más en el mercado cervecero español (porque asumirlas desde cero supondría una disminución de ventas a algunos y un encarecimiento de muchos precios), os dejamos una serie de enlaces previos del último lustro que pueden ayudaros a entender el tema mejor:


Esperemos que estos temas que la legislación recoge con claridad se vayan normalizando y extendiendo, porque su intención entendemos precisamente que es dotar de información y de capacidad de decisión al consumidor, y defender su derecho a encontrar un producto en buen estado en lo que paga. ¡Ese será un buen mundo cervecero en el que vivir!

2 comentarios:

  1. hola. Gracias por la info, debate interesante. Soy homebrewer desde hace unos años, les queria preguntar a ustedes que opinan de la estabilidad de la cerveza cuando se carbonata de manera natural? El hecho de la refermentacion en botella hace que "coma la levadura" el posible oxigeno y asi dure mas tiempo? ( no hablo de lupuladas sino en general) es mas practico la carbonatacion forzada pero ven ventajas organolepticamente ustedes cuando catan una que se carbonato de manera natural? Saludos y gracias por la respuesta.Diego desde bs as ( vivi 10 años en Madrid,hice uno de los cursos con bob maltman en la tienda de la cerveza de calle ruda)

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    1. Siempre se ha dicho que las mejores cervezas para guarda son las maltosas, alcohólicas y con SEGUNDA FERMENTACIÓN en botella, como las belgas. Así que algo de verdad habrá.

      En la cata, sinceramente, algunas de nuestras cervezas favoritas carbonatan forzadas. Así que no le vemos problema si la cerveza está bien hecha.

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