En 1998, dos años antes de que llegara la primera edición de Gran Hermano a los televisores de toda España, pudimos ver a Jim Carrey anticipando este fenómeno cultural a través de “El Show de Truman (Una vida en directo)”: uno de sus primeros papeles alejado de la comedia histriónica a la que nos tenía acostumbrado con entregas como “Ace Ventura” o “La Máscara”.
La película cuenta la historia de Truman Burbank, una persona que ha vivido toda su vida sin saberlo en un enorme plató de televisión desde el que se retransmite toda su existencia y que ha generado una legión de fans en todo el mundo.
Este universo, que evoca la idílica América de los años 50, reproduce con actores todas las relaciones que normalmente tendrían lugar en la sociedad “libre”: vecinos amables, los compañeros de trabajo, la pareja, el quiosquero…
Pero en esta entrega de Cine y Cerveza nos vamos a centrar en la relación entre Truman y su mejor amigo Marlon. Cada vez que este aparece en pantalla lo hace con un paquete de seis cervezas Penn Pavel (una marca ficticia que también podréis ver en otras películas como “The Dark Knight Rises” o series como “The Walking Dead”) e incluso aprovecha también para mostrarla a cámara y promocionarla con el lema “Esto sí que es cerveza”.
Ver cómo utilizan sin ningún escrúpulo al mejor amigo para hacer “product placement” genera en el espectador un sentimiento de desprecio hacia el director del programa. Pero, pensando fríamente, ¿no viene acaso la cerveza indisolublemente asociada con la amistad?
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