La pasada madrugada del domingo al lunes se fallaron los premios Oscar que la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas concede. Y el galardón a la mejor película en lengua extranjera (ahora mejor largometraje internacional) ha ido para “Otra Ronda” dirigida por Thomas Vinterberg y protagonizada por Mads Mikkelsen (“Le Chifre” en las películas de James Bond o Galen Erson en “Rogue One”).
La cinta cuenta la historia de un grupo de amigos, profesores de distintas materias en una escuela secundaria, que deciden comprobar una curiosa teoría: nacemos con un déficit de alcohol en sangre y un ligero estado de embriaguez nos ayudaría a afrontar nuestro día a día desde una perspectiva más creativa y libre de problemas.
Hablar sobre el consumo de alcohol es controvertido y la película no adopta una perspectiva complaciente. Cada uno de los secundarios nos da una lectura distinta de las posibles reacciones ante la ingesta habitual de bebidas alcohólicas con todo tipo de claroscuros.
A nosotros nos ha resultado especialmente llamativo que el papel de una bebida con tanta importancia social como la cerveza esté relegada tan solo al principio (con una competición que mezcla alcohol y deporte) y final de la cinta (con la reconciliación del personaje tras unos episodios especialmente duros).
Y que en ambos casos esté asociada a momentos de dicha y compartiendo alegría con amigos, frente al consumo que hacen los personajes de destilados en soledad o con conflicto de fondo. ¿Será que la cerveza es, como dice nuestro amigo Luis G. Balcells, “la bebida de la felicidad”?
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