Una cosa que se ve bastante en el mundo cervecero es la aparición (generalmente asociada a alguna marca elaboradora artesana) de quesos “lavados con cerveza”, y eso nos hizo preguntarnos: ¿A qué se refieren con eso?
Pues este proceso de elaboración consiste habitualmente en que, durante la maduración del queso, se lava su corteza con cerveza para limpiarla, evitando así la aparición de mohos, de manera que el sabor (y el color) va atravesando la corteza e impregnando el queso.
Otros, como el Cremosuco que se hace con la 942 de DouGall’s, en las primeras fases de su elaboración se sumergen completamente en cerveza durante cinco días, para que la levadura de esta actúe también sobre el queso y no solo sobre la corteza, transmitiendo sus toques ácidos y amargos.
Hay otros quesos, no exactamente con la corteza lavada, que usan cerveza antes, para lavar la cuajada. O como ingrediente en pequeñas cantidades. Pero lo más habitual es lo anterior, que durante el refinamiento y la maduración, su exterior se trate para mejorar su conservación y darle carácter.
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