¿Sabías que…? Las Cervezas Trapenses

Unas de las cervezas con más tradición a sus espaldas son las cervezas de abadía, ya que durante muchos años (o siglos) en Europa la escritura y por lo tanto la transmisión de conocimientos estuvo en manos de la Iglesia, incluyendo el hacer cerveza.

Hoy en día, la mayoría de las cerveza “de abadía” están hechas por fábricas que pertenecen a empresas cerveceras, y pagan un canon por el uso del nombre de una abadía (o ni eso). Pero existen unas pocas cervezas que siguen siendo fabricadas por la Iglesia, como las Cervezas Trapenses.

¿Qué son las Cervezas Trapenses?

Las Cervezas Trapenses son un producto de los monjes de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia, que siguen la regla de San Benito de Nursia (“Ora et labora’’). Para poder etiquetarse como tal, deben tener el visto bueno de la Asociación Internacional Trapense (AIT) y si quieren llevar el sello de Authentic Trappist Product (ATP) deben cumplir los siguientes criterios:

1. Los productos deben ser fabricados dentro del entorno inmediato de la abadía. (Juraríamos que antes decía “dentro de los muros de…”)
2. La producción debe efectuarse bajo la supervisión de los monjes o las monjas.
3. Los ingresos deben ser destinados a las necesidades de la comunidad monástica, a la solidaridad en el seno de la Orden Trapense, o a proyectos de desarrollo y obras de caridad.
(Y también juraríamos que antes había un cuarto criterio que hablaba de la calidad…)

No sé si hemos soñado estos cambios… ¡Pero es que las cosas cambian mucho! Hace 20 años, cuando nosotros empezamos a “estudiar” sobre cervezas, sólo había que aprenderse siete cervezas trapenses:

• Chimay, belga, de la abadía de Scourmont, con tres variedades.
• Orval, belga, de la abadía de Orval, con una variedad sólo.
• Achel, belga, de la abadía Notre-Dame de Saint-Benoît, con dos variedades (y una especial).
• Westmalle , belga, de la abadía de Notre-Dame du Sacré-Cœur, con dos variedades.
• Rochefort , belga, de la abadía Notre-Dame de Saint-Remy, con tres variedades.
• La Trappe, holandesa, de la abadía Notre-Dame de Koningshoeven, con alguna más.
• Y Westvleteren, belga, de la abadía de Saint-Sixtus, que daba igual que variedades tuviesen, que a España no llegaban. Pero sabías que era “la mejor del mundo” y que no la catarías en tu vida.

Pero eso son batallitas de abuelo. Ahora, jardineros modernos… Uf, ahora es otro cantar. Unas cuantas de estas marcas han ido sacando nuevas referencias y  se han ido sumando al hacer cerveza otras abadías trapenses. Ya no es tan fácil saber cuántas hay en un momento dado.

Ahora tenemos a mayores las Zundert, producida en la fábrica de cerveza de la abadía Notre-Dame-du-Refuge, en los Países bajos; las de Stift Engelszell, en Austria; las Spencer de la abadía Saint-Joseph, de Estados Unidos; la Tre Fontane, de Italia; y la última incorporación, la Tynt Meadow, producida en la fábrica de cerveza de la abadía Mount Saint Bernard, en Inglaterra.

Por no hablar de las que no han conseguido el sello de Authentic Trappist Product, como la Mont des Cats de la abadía del mismo nombre francesa, o la Cardeña, de la abadía de San Pedro de Cardeña en Burgos, España.

¿En total? ¡Muchas! Y ya no sólo de los estilos considerados clásicos “de abadía” (Pater, Dubbel, Tripel, Abt, Quadrupel, etc…) sino que ya hay cervezas trapenses Imperial Stout, IPA, Bock, … Pero son los nuevos tiempos, renovarse o morir… Y, mientras nos lleguen y la calidad sea buena… ¡cualquier innovación de los monjes trapenses será bienvenida!